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Strachwitz Frontera Collection

Biografía de Artista: Flor Silvestre
Agustin Gurza | Thursday, August 25, 2016 | 0 comments

Flor Silvestre es una cantante, actriz y caballista cuya carrera en escena, en pantalla y en la televisión abarca más de siete décadas. Entre las audiencias internacionales, es más conocida como parte de la dinastía que representaba rodeos dirigida por su marido, el cantante y actor Antonio Aguilar.

Aclamada por su belleza sensual en pantalla y sus hermosas voces naturales, Silvestre se convirtió en una estrella cinematográfica popular durante la llamada Edad de Oro del cine mexicano en los 1940. Compartía la marquesina con los artistas más importantes de la época, como María Félix y Miguel Aceves Mejía, y se ganó fanáticos con su interpretación de rancheras populares en sus películas. Desde el principio, Silvestre lanzó una carrera concurrente de grabación, e hizo una serie de discos exitosos para tres sellos importantes: Columbia Records, RCA Victor, y especialmente Musart, el sello mexicano independiente.

Para 1964, la revista profesional Cashbox la mencionó entre los Diez Mejores Grupos Populares Mexicanos en los EEUU, junto con Javier Solís, José Alfredo Jiménez y Lola Beltrán. Eventualmente, sin embargo, su carrera como solista se hizo secundaria a su papel como parte del creciente grupo de la familia Aguilar, que incluía a sus dos hijos, Antonio Jr. y Pepe Aguilar, el último de los cuales emergió como estrella por su propio mérito en los 1990. Los muchachos llegaron a ser un atractivo importante del emocionante rodeo Aguilar, como aparece aquí en un segmento sin fecha del clásico espectáculo de variedades televisado de Raúl Velasco, Siempre en Domingo.

Flor Silvestre y Antonio Aguilar – apodados respectivamente “La Sentimental” y “El Charro de México” – llegaron a ser embajadores internacionales de la cultura mexicana, algo como los Roy Rogers y Dale Evans de las rancheras. En 1997, cuando Silvestre tenía 67 años, el espectáculo ecuestre familiar batió el récord de boletería cuando llenó el Madison Square Garden por seis noches consecutivas, como mencionado en The New York TimesFormalmente llamado el “Espectáculo Internacional Ecuestre de Antonio Aguilar y Familia,” la popularidad del programa hizo que la familia estuviera de camino la mayoría del tiempo, con giras por Latinoamérica y el Caribe.

Silvestre y Aguilar se dedicaban a una carrera colectiva además de sus carreras paralelas como solistas. Compartían un amor por el canto, montar a caballo y hacer películas sobre el romance y la revolución. Por más de medio siglo, seguían siendo una de las parejas artísticas más queridas en México, seguida y admirada hasta la muerte de Aguilar en 2007.

En 2015, Silvestre apareció en escena en Los Ángeles como sujeto de un tributo en vivo, donde se estrenó por primera vez en los EEUU un documental sobre su vida y carrera, Su Destino Fue Querer, disponible en Vimeo. La película corte, producida por la compañía de producción de su hijo Pepe Aguilar, parafraseaba el título de uno de sus éxitos, “Mi Destino Fue Quererte.” El título captura lo que Silvestre consideraba su papel más importante en la vida, tanto como mujer como artista.

Nació Guillermina Jiménez Chabolla el 16 de agosto de 1930 en Salamanca, Guanajuato. Es la tercera de una familia de siete hijos, que incluye a su hermana, la cantante de rancheras Queta Jiménez, “La Prieta Linda,” quien tuvo su propia carrera exitosa en la grabación.

Porque insistía su madre, la familia se mudó a la Ciudad de México cuando la esperanzada cantante tenía 13 años. Pronto Silvestre intentó iniciarse en el mundo del espectáculo con un paso audaz para una aficionada adolescente. Como relata la cantante en su documental, un día tuvo el valor de subirse al escenario en el Teatro del Pueblo, un sitio recién construido cerca del centro de la ciudad, diseñado para hacer que el entretenimiento fuera accesible a las masas. (El teatro estaba en el piso más alto del, en ese momento, nuevo Mercado Abelardo Rodríguez, que tenía murales con temas socialistas por estudiantes de Diego Rivera.) Silvestre pidió cantar con el famoso Mariachi Pulido, pero el director de la banda la rechazó porque no era una profesional. Vuelva la semana que viene, le dijo el director, y él le traería un mariachi “del Tenampa” para acompañarla. Eso hizo, y la interpretación de la muchacha fue un éxito.

Silvestre también cuenta la historia de cómo adoptó su nombre artístico. En esos años tempranos, ella había asumido el personaje de una revolucionaria para interpretar “La Soldadera,” una canción que le había compuesto José de Jesús Morales. Pero la apariencia frágil y femenina de la joven cantante no combinaba bien con la imagen de una guerrera, y un día el locutor de radio Arturo Blancas se lo dijo: “Usted no es ninguna soldadera. No tiene nada de soldadera. Usted es una flor.”

Así la bautizó Flor Silvestre, tomando prestado el título de una película popular de 1943 protagonizada por Dolores del Río. Dieciséis años más tarde, Silvestre y Del Río coprotagonizarían La Cucaracha, una película aclamada por la crítica sobre la Revolución Mexicana.

Silvestre lanzó su carrera como cantante con apariencias en las estaciones de radio, como XFO. Pero su carrera incipiente recibió una gran ayuda cuando ganó un concurso de canto amateur patrocinado por XEW, una estación importante basada en la Ciudad de México. Eso llevó a conciertos locales, como también a contratos para giras en México y Sudamérica.

Pero su gran oportunidad llegó durante sus interpretaciones en el legendario club de la capital, El Patio, donde figuras de mucha influencia en el mundo de entretenimiento la divisaron. Entre ellas fue el productor cinematográfico Gregorio Walerstein, quien le ofreció a la cantante de 20 años sus primeros empleos en el cine. Silvestre se estrenó en el cine como cantante en la película de 1950 Te Besaré en la Boca, dirigida por Fernando Cortés. Ese mismo año, se ganó su primer papel como protagonista en la producción de Walerstein Primero Soy Mexicano, coprotagonizada por el cómico Joaquín Pardavé y el cantante Luis Aguilar, con música por el prolífico compositor mexicano Manuel Esperón.

El primer año de los 1950 resultó propicio para Silvestre de muchas maneras, tanto personal como profesionalmente. Silvestre se ganó un papel en un programa musical con un tema de toreo, ¡A los Toros!, escrito y protagonizado por el periodista, comentador de toreo y presentador en la televisión Paco Malgesto (nacido Francisco Rubiales), quien pronto sería su primer marido.

Fue también en 1950, en los estudios de emisión de “La W,” que Silvestre conoció al hombre que eventualmente llegaría a ser su segundo marido, en ese entonces conocido como Tony Aguilar. Los dos aparecerían juntos en varias películas durante los próximos años – y divorciarse de sus respectivos esposos – antes de casarse y lanzar una de las carreras más exitosas de una pareja casada en la historia de la música mexicana.

El primer matrimonio de Silvestre, con Malgesto, había sido bastante dificultoso. Tuvieron dos hijos juntos, la cantante y actriz Marcela Rubiales Jiménez y Francisco Rubiales Jiménez, un actor de voz en off. Silvestre tenía sólo 16 años cuando nació su primera hija, Dalia Inés Nieto Jiménez, una cantante, bailarina y autora que nació en Argentina.

Fue también a principios de los 1950 que Silvestre firmó su primer contrato de grabación con Columbia Records, con que tuvo los éxitos tempranos de “Llorar Amargo” y “Oye Morena.” La Colección Frontera tiene ocho de sus grabaciones con Columbia por compositores importantes del día. La mayoría de las grabaciones suyas en la base de datos están en el sello Musart, un total de 79 cortes, incluso varios duetos con su marido Aguilar.

La pareja coprotagonizó por primera vez en la película La Huella del Chacal, lanzada en 1956. Silvestre recuerda que su romance con su coprotagonista empezó ese mismo año durante la filmación de La Ley de la Sierra. Después del rodaje, él la llevaba a montar a caballo sin prisa, aprovechándose de los momentos de encontrarse solos para darle un beso en la nuca. Se casaron tres años – y cinco películas – más tarde, justo antes del lanzamiento en 1959 de La Cucaracha, también conocido como Los Soldados de Pancho Villa, coprotagonizado por las superestrellas mexicanas Del Río y María Félix.

Silvestre pasaría a hacer un total de 100 películas, unas 20 con Aguilar. Es tal vez mejor conocida entre las audiencias norteamericanas por su papel en Ánimas Trujano, coprotagonizado por el actor Toshiro Mifune en la película de 1962, que fue nominada por un Oscar. Grabó docenas de discos y tuvo muchos éxitos, incluso “Cielo Rojo,” “Gaviota Traidora,”“Viejo Nopal.”

Silvestre era ochentona y recuperándose de una cirugía para cáncer en los pulmones durante la filmación del documental reciente. En la película, parecía inundada de nostalgia y añoranza por su difunto marido y pareja. Durante una sesión de preguntas y respuestas en el escenario del ornamentado Los Angeles Theatre, donde la película tuvo su estreno local en marzo de 2015, se le preguntó a Silvestre si alguna vez hubo una batalla de egos entre ella y su célebre marido.

“¿Por qué habría ego?” respondió, casi incrédula. “Eso nunca me interesaba, de ninguna manera… Lo que él me dijera, eso haría.”

Pepe Aguilar, ahora una superestrella de pleno derecho, da crédito a sus padres por haberle dado un ejemplo positivo del profesionalismo en escena, y también del amor entre ellos en la casa. Habla de su relación con su madre en un segmento en la revista de noticias televisada de Univisión, Aquí y Ahora, que salió al mismo tiempo que el documental el año pasado. Aguilar parece juguetón y cariñoso con su madre, y se ven a los dos juntos en el rancho familiar en Zacatecas, donde Silvestre ha vivido desde la muerte de su marido.

En una escena, se ve a Silvestre, quien acompaña a su hijo en escena, junto con sus propios hijo e hija, sus nietos, quienes también cantan. Dice que está muy emocionada de tener la oportunidad de aparecer en escena de nuevo, después de tantos años. Y él dice que él lo hace por ella.

“Ella trae al escenario toda su historia, todo lo que es,” dice Aguilar. “Estoy tan orgulloso de tener a alguien como ella, aun si no fuera mi madre. Y la gente, claro, nunca se cansa.”

                                                       

  --Agustín Gurza

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