del UCLA Chicano Studies Research Center,
el Arhoolie Foundation,
y del UCLA Digital Library
No es tan común que los llamados milenarios nos lleven de vuelta a la música del siglo pasado, especialmente de la música latina. El mundo de espectáculo de hoy se trata de ser joven, fresco y nuevo.
Pero la cantante Carrie Rodriguez, con 37 de edad y basada en Austin, es una excepción. Al hacer su propia fusión nueva de música chicana y estadounidense, nos recuerda de sus raíces profundas en la cultura tejana. En el momento del lanzamiento de su disco más reciente, Lola, Rodriguez ha invocado la musa en su familia México-americana: cantante y estrella cinematográfica Eva Garza, quien fue su tía abuela. Este disco bilingüe incluye algunas pistas, con arreglos contemporáneos, del repertorio de su tía abuela, tales como “Noche de Ronda” y “Frío en el Alma.”
Valerio Longoria se encuentra entre los músicos de conjunto más innovadores que dieron forma al período clásico de la música en la época después de la Segunda Guerra Mundial, un grupo denominado “la nueva generación.” El hijo de campesinos migrantes, se le atribuyen varios primeros en el género tejano durante una carrera que duró más de 60 años.
Los archivos de las bibliotecas pueden parecer viejos y polvosos, aun en el mundo digital de hoy. Suele tocarles a los historiadores y etnomusicólogos rebuscar entre los artefactos de un tiempo ido, como los muchos discos 78-rpm de la primera mitad del siglo pasado que se encuentran en la Colección Frontera. Los investigadores deben encontrar la manera de ayudarnos a entender esas grabaciones pre-modernas y el contexto social en el cual se hicieron.
Es raro que tengamos la oportunidad, mientras pasan las décadas, de escuchar directamente a los mismísimos artistas. Eso es lo que hace la historia de Eva Quintanar tan especial, porque todavía está aquí para darle vida a su propia música.
Eva Quintanar fue una compositora prolífica, instrumentalista, cantante y directora musical durante los años ’40 y ’50 en Los Ángeles, y fue unas de las pocas mujeres que jugaron papeles de liderazgo en la industria musical de la época, que fue dominada por los varones. Aparecía regularmente con su propia orquestra en locales prestigiosas del centro de la ciudad, en particular el Million Dollar Theatre, y ganó reputación como excelente acompañanta para las superestrellas de México conocidas internacionalmente, como Pedro Infante y Pedro Vargas.
Miguel Aceves Mejía (1915–2006) fue uno de los partidarios principales de la música folclórica mexicana, con una voz dotada y versátil que lo convirtió en un artista conocido por todo el mundo hispanohablante. Durante una carrera que atravesó medio siglo, el cantante y actor grabó más de mil canciones en 90 discos y protagonizó más de 60 películas.
Acordeonista, vocalista y compositor Ramón Ayala es un pionero de la música norteña que ha sostenido por casi medio siglo una carrera activa de grabar y realizar canciones. Como parte del dúo pionero Los Relámpagos del Norte, junto con Cornelio Reyna, Ayala ha definido el género moderno con sus canciones distintivas y un estilo instrumental característico que lo han transformado en una superestrella del género por los dos lados del Río Grande.
José Alfredo Jiménez (1926-1973) fue por mucho el compositor más importante, prolífico y popular de la música ranchera en México durante el siglo XX. Su extraordinario repertorio de más de mil canciones encapsula el sentimiento, los ideales y las preocupaciones del hombre común de una manera campechana pero poética.
No se sabe mucho de la vida del violinista Melquíades Rodríguez, ni siquiera cuándo o cómo perdió su vista. Sin embargo, su discapacidad le valió su apodo, el Ciego Melquíades. Rodríguez representa una época del pasado en la música tejana-mexicana, cuando las pequeñas orquestas típicas y las bandas de cuerdas rurales todavía eran populares.
Los Tigres del Norte, la banda norteña principal del mundo, empezó como una banda de verdaderos hermanos que tocaban corridos que habían aprendido de los veteranos de su pequeño pueblito en el noreste de México. Desde el principio, el líder y hermano mayor, Jorge Hernández, veía a la música como una ventana a su cultura y forma de vida de clase obrera.
Se conocía como “El Huracán del Valle,” un torbellino musical que pasó por la valle del Río Grande en el sur de Tejas en los años posguerra, formando lo que vino a conocerse como la música de conjunto Tex-Mex. Su nombre fue Narciso Martínez, y ningún otro acordeonista ha ejercido más influencia ni ha tenido un impacto tan duradero y difundido en este género musical.
El sitio también presenta una entrevista con Carlos Martínez, el joven músico que recientemente fue nombrado director musical del mariachi legendario. La entrevista fue conducida por el mariachi e historiador Jonathan Clark, de San José. Los admiradores recordarán que Clark, uno de los más diligentes cronistas del género y sus exponentes, escribió un capítulo sobre la música mariachi en el premiado libro sobre el renombrado archivo digital de UCLA, The Strachwitz Frontera Collection of Mexican and Mexican American Recordings, publicado por el UCLA Chicano Studies Research Center Press. En la entrevista, el ingenuo Martínez describe su emoción al recibir la batuta del director directamente de las manos del legendario Rubén Fuentes, quien se unió a la banda como violinista en 1944.
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