del UCLA Chicano Studies Research Center,
el Arhoolie Foundation,
y del UCLA Digital Library
Este mes marca el 50º aniversario del asesinato del Senador Robert F. Kennedy. El candidato presidencial asesinado fue especialmente admirado por la comunidad mexicoamericana, como lo fue su hermano martiriado antes de él, el Presidente John F. Kennedy. Esa admiración fue expresada poética y emocionalmente en muchas canciones escritas como tributos a los líderes caídos.
La mayoría de esas canciones fueron escritas espontáneamente inmediatamente después de los asesinatos, que fueron separados por cinco años; primero el presidente en Dallas, seguido por el asesinato en Los Ángeles del senador, su hermano menor y el antiguo Fiscal General de los Estados Unidos. Muchas de las composiciones fueron elaboradas en el estilo tradicional del corrido mexicano, o baladas narrativas que cuentan los eventos históricos de manera casi periodística, especificando el tiempo, lugar, y otros hechos históricos. Pero estas canciones—que han llegado a conocerse colectivamente como los corridos Kennedy—también expresan de manera apasionada la poderosa afinidad cultural que sentían los mexicanos con los Kennedy y el profundo sentido de pérdida que experimentó la comunidad cuando se murieron tan jóvenes y al apogeo de sus carreras políticas.
La Colección Frontera contiene una amplia muestra de corridos escritos tanto para John como para Robert Kennedy, aunque no es de ninguna manera definitiva. El archivo tiene una colección mucho más comprensiva de corridos más antiguos en 78, representando la época dorada del género grabado durante la primera mitad del siglo XX. Previamente, ofrecí un análisis detallado del corrido y su historia en una entrada de cuatro partes, empezando con la definición del género y sus elementos tradicionales, como el papel del narrador, el establecimiento del tiempo y lugar, y el verso de despedida.
Los corridos Kennedy vienen mucho más después, obviamente, durante la década de 1960 y los principios de los 1970. Todos están en un formato de grabación moderno, mayormente como sencillos en 45 rpm, pero también en álbumes de 33 rpm. Y no siguen estrictamente las convenciones establecidas del corrido. De hecho, algunos ni son corridos, sino canciones de tributo en otros estilos.
Los corridos Kennedy surgieron en un momento en que el género en sí había empezado a desvanecerse. A los corridos grabados comercialmente a los mediados del siglo XX muchas veces les faltaban la integridad e intención de sus predecesores. En las palabras del respetado experto en corridos Américo Paredes, “el corrido en las manos de imitadores profesionales se había vuelto cohibido y falso.”
Los compositores ya no defendían a los héroes épicos de los corridos fronterizos originales, esas figuras folclóricas extraordinarias que se encontraban inmersas en conflictos culturales de vida y muerte y cuyas historias se mantenían vivas a través de esta tradición oral con raíces ancianas. Además, les faltaba la urgencia de los primeros corridos grabados, que servían como periódicos audibles que redactaban eventos para los pobres que no tenían ningún otro tipo de acceso a los medios de comunicación.
Así que, para la década de 1960, el corrido estaba en un bajón. Ya no hacían falta las baladas para recibir las noticias. Y las historias que relataban las canciones sobre el héroe fronterizo oprimido que luchaba contra la cultura anglo dominante se habían convertido ya en viejos cuentos sobre el Lejano Oeste. Para la década de 1960, la mayoría de la población mexicoamericana se había mudado de entornos rurales a urbanas, luchaban por la igualdad social, y viajaban a Vietnam para luchar junto con los otros soldados americanos.
Los corridos Kennedy empezaron a cambiar todo eso.
“No fue hasta el asesinato de Kennedy que los corridos tejano-mexicanos tuvieron un tema que revitalizaría el género,” escribe el etnomusicólogo Dan W. Dickey en una sección sobre el corrido en The Handbook of Texas Music (La Guía a la Música Tejana). “Durante los meses que siguieron la muerte de John Kennedy, docenas de corridos Kennedy fueron compuestos, grabados, y emitidos en estaciones de radio en español en Texas y por todo el Suroeste.”
La tragedia intrínseca de las historias Kennedy—jóvenes líderes carismáticos, campeones de los derechos civiles, defensores del desvalido, víctimas de violencia en su apogeo—era la materia de las leyendas de los corridos. Eran una inspiración para los jóvenes corridistas, quienes de repente habían encontrado a nuevos héroes que anunciar, como explica Dickey en su libro de 1978, The Kennedy Corridos: A Study of the Ballads of a Mexican American Hero (Los Corridos Kennedy: Un Estudio de las Baladas de un Héroe Mexicoamericano).
“Los corridos y las canciones sobre John Kennedy, escritos y grabados en y alrededor de 1963, fueron una excepción a los corridos entretenidos que fueron grabados comercialmente en esa época,” escribe Dickey. “En vez de ser baladas triviales o vulgares sobre tiroteos en una cantina local, en muchos casos los corridos sobre Kennedy muestran, en su naturaleza, un retorno al corrido más antiguo con el héroe épico. Son la expresión sincera o sentimiento de los mexicoamericanos que vieron sus propias luchas en las de Kennedy, y que fueron elevados e inspirados por sus ideales.”
El libro de Dickey fue escrito originalmente como su tesis de maestría en la Universidad de Texas en Austin, donde estudió el folclor y la etnomusicología. La obra expandida fue financiada en parte por la John F. Kennedy Presidential Library en Boston, según una reseña por el famoso etnomusicólogo Philip Sonnichsen, publicado en Western Folklore en julio de 1981. Sonnichsen alabó el libro de Dickey, llamándolo “uno de que Américo Paredes puede ser orgulloso.”
El libro cubre solamente esos corridos escritos sobre el Presidente Kennedy en las secuelas inmediatas de su asesinato el 22 de noviembre de 1963. Pero su análisis se aplica igualmente a los corridos escritos cinco años más tarde, después de la muerte del Senador Robert F. Kennedy, quien fue fusilado el 5 de junio de 1968 en Los Ángeles después de ganar la primaria presidencial de California.
Dickey identifica tres temas que comparten los corridos sobre JFK que él estudio:
Primero, Kennedy, el mayor, se describe como un “campeón de la igualdad de derechos.” comparado incluso a personas como Abraham Lincoln y Jesús Cristo.
Segundo, es descrito como un amigo de México y Latinoamérica, un hombre que daba discursos en español, lanzó la Alianza para el Progreso para ayudar al continente, y devolvió a México una parcela de tierra disputada en la frontera de Texas llamada El Chamizal.
Tercero, es ensalzado como un héroe y mártir que dio su vida por su país y quien batalló por ser aceptado como miembro de una minoría étnica y religiosa.
“Como demuestran estos corridos, Kennedy era de muchas maneras un símbolo de las aspiraciones de los mexicoamericanos de obtener todos sus derechos y la ciudadanía completa en los Estados Unidos, que se les había negado por mucho tiempo debido a prejuicios raciales y culturales y a la explotación económica,” escribe Dickey. “Los mexicoamericanos en muchas maneras podían identificarse con la lucha de Kennedy como miembro de una minoridad étnica—católico-irlandés—y su búsqueda por ser aceptado. Y esa identificación, el vínculo religioso, y la misma muerte trágica de Kennedy parecieron cristalizar el sentimiento mexicoamericano hacia él, que se expresó visiblemente en la composición, la grabación, y la circulación de los corridos.”
Muchos mexicoamericanos consagraron su amor por Kennedy a través de la exhibición prominente de su imagen en retratos enmarcados y tapices, ubicuos en las salas de los barrios por todo el Suroeste. En un corrido, “Recuerdo Eterno” por Conjunto Florida, el compositor Willy López vincula el retrato presidencial en su propia casa con la lucha nacional de Kennedy por la igualdad de derechos, rimando “retrato” con “mejor trato.”
Siempre guardo en la sala de mi casa,
A la vista tengo puesto tu retrato.
Tú pediste que al humano de otra raza,
Lo quisieran y le dieran mejor trato.
Curiosamente, López compuso esta canción para marcar el primer aniversario de la muerte de Kennedy en noviembre de 1964, el mismo mes en el cual Lyndon Baines Johnson fue elegido presidente. La canción retrata la elección como una afirmación del legado de Kennedy. Hablando por los mexicoamericanos, López escribe que fueron alegremente a votar.
Sigue el mundo su marcha sin parar,
Gana Johnson también las elecciones,
Todos fuimos gustosos a votar,
Recordando tu grandeza y tus acciones.
La canción cierra con una promesa que se refleja en su título, “Eternal Memory” (“Recuerdo Eterno”).
Un año que va pasando,
Y cien se pueden pasar,
Y los buenos mexicanos
No te vamos a olvidar.
La Colección Frontera tiene un total de 54 grabaciones sobre los Kennedy, con casi dos veces más para JFK (33) que para RFK (18), con otras tres dedicadas a los dos hermanos. Una búsqueda por el apellido Kennedy rinde un total de 76 canciones, aunque el resultado engaña. Por ejemplo, la búsqueda incluye canciones en una discográfica ubicada en Kenedy, Texas, una ciudad cuyo nombre se deletrea con solamente una “n” pero que está mal escrito en la base de datos con la doble “n” del apellido familiar. Otra pequeñita discográfica está ubicada en Kennedy Avenue en McAllen, Texas, y hay un par de canciones Tex-Mex por el popular cantante de country Johnny Rodríguez, producidas por alguien llamado Jerry Kennedy.
Hay varios corridos Kennedy en la colección que tal vez se pasarían por alto porque el famoso apellido no aparece en el título. Una canción saluda al presidente asesinado como un soldado de paz (“Soldado de Paz”); otra simplemente invoca la memoria del presidente (“Recordando al Presidente”); y otra expresa tristeza por la ciudad que se hizo infame por el asesinato (“Triste Dallas”).
No todas estas composiciones pretenden ser corridos. El género no siempre aparece en el sello, pero las que identifican un estilo incluyen “Memoria al Senator Kennedy,” que aparece como un vals, es la única instrumental en el grupo, e incluye el acordeón lamentoso de Pedro Ayala con un conjunto tradicional Tex-Mex. El trío internacional interpreta un huapango celebratorio en homenaje a un presidente que aún vive, “A Kennedy en Vida,” en el animado estilo folclórico de la región huasteca, por la costa del Golfo de México. Por el otro lado, Salvador S. Nájera compuso y grabó un tributo a Robert F. Kennedy que es identificado simplemente como una “canción” acompañado por un trío de guitarras, pero que incluye muchos detalles factuales sobre el asesinato, incluida una referencia a su discurso de victoria a medianoche, justo antes de que fue asesinado. Su canción, “En Memoria a Kennedy,” fue lanzada en una discográfica pequeña basada localmente en Gardena, California.
Una canción, que aparece como un “lamento,” simplemente se despide de “nuestro gran presidente” (“Adiós a Nuestro Gran Presidente”). Es una de las pocas canciones sobre Kennedy en la colección que no es interpretada por un artista mexicano ni mexicoamericano; aparecen el legendario tocador del cuatro, el puertorriqueño Yomo Toro, y el cantante Luis García de Ponce, Puerto Rico.
Algunas otras canciones sobresalen por su perspectiva única o su poesía.
Una canción, por ejemplo, mira la tragedia de Kennedy desde el punto de vista de su viuda, la difunta Jacqueline Bouvier Kennedy. Se llama apropiadamente “La Viuda de Kennedy,” por Panchita Mendoza, quien también la canta con el acompañamiento del Mariachi Casino. Es una de las pocas composiciones, si no la única, sobre Kennedy escrita por una mujer, y Mendoza toma la decisión audaz de escribir las letras y la voz de la mismísima Jackie. “Yo soy la viuda de Kennedy,” comienza la canción. Sigue con describirse como la esposa cumplidora y cariñosa de un gran líder (“cumplí sus deseos porque yo lo amaba”), que se murió en sus brazos. La mezcla en la grabación—lanzada por Music Records, basado en Los Ángeles—hace difícil distinguir las letras porque la voz alta de la cantante está ocultada por el mariachi abrumador.
En su tributo al senador caído, “Homenaje a Roberto Kennedy,” el famoso compositor mexicoamericano Lalo Guerrero hace una referencia sorprendente a la viuda Ethel Kennedy, quien esperaba el 11º hijo de la pareja en el momento de la muerte de su esposo.
Bobby Kennedy, tus hijos te lloran.
Tu noble señora, ay! como te siente.
Con tu hijo en su vientre, no encuentra consuelo,
Y le pide al cielo, paciencia y valor.
Un tributo más tradicional a Jackie Kennedy fue escrita por el prolífico compositor José A. Morante, “Antorcha Eterna (A la Viuda del Mártir),” interpretada por Rosita Fernández con el Mariachi Chapultepec.
Morante escribió otro corrido, “Homenaje a J. F. Kennedy,” con una letra que rastrea la ruta de la carrera de Kennedy, desde su servicio militar hasta su famoso discurso en Berlín y su alcance a México. Un verso hace una referencia específica a ese territorio fronterizo en disputa.
México le abrió sus brazos, como a ninguno jamás.
Kennedy hizo justicia, regresando el Chamizal
La canción, grabada en el sello discográfico Norteño, basado en San Antonio, por Los Conquistadores con acompañamiento de Los Arcos, está incluida en una compilación de Arhoolie que incluye corridos relativamente modernos, Ballads & Corridos 1949-1975.
Varias canciones son dedicadas a otras figuras históricas del periodo, tanto famosas como infames, incluidos Martin Luther King, la heredada secuestrada Patricia Hearst, y aun el secuestrador y violador condenado Caryl Chessman, cuya ejecución en 1960 en San Quentin se convirtió en una causa célebre por los que se oponían a la pena de muerte.
Los Corridos Kennedy también son el sujeto de un programa de radio en una serie llamada The Mexican American Experience (La Experiencia Mexicoamericana), archivada por la Universidad de Texas en Austin. El autor Dickey contribuyó al reportaje, que incluye citas de entrevistas con algunos de los compositores de corridos. Uno de ellos es el Dr. Jesús San Román, un quiropráctico de San Antonio, Texas, cuyo sencillo en 45 rpm en su propio sello ofrece un tributo de dos lados al Presidente Kennedy: un corrido con trío en el lado A y una dramática narración histórica al otro lado, recitado con un fondo de música de marcha militarista. Los dos se llaman simplemente “El Asesinato del Presidente John F. Kennedy.”
En su entrevista, San Román relata vivamente su reacción emocional al asesinato, un sentido de choque y pérdida que infunde las obras de muchos de sus compañeros corridistas.
“Fui a la cocina, me senté en una silla, puse la cabeza en el brazo, y las lágrimas empezaron a correr,” dice el compositor. “Fue un gran choque, y no sé porque lo sentí tanto. Presumo que mucha, mucha gente en los Estados Unidos y por todo el mundo sintió como yo, pero me dolió mucho, mucho.”
– Agustín Gurza
3 Comments
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Kennedy Corridos
de Geronima Garza (not verified), 03/04/2019 - 17:41Excellent article. Thank you
Kennedy Corridos
de Agustin Gurza, 07/02/2018 - 12:08Hi Chris: I really appreciate your praise for the articles we've been posting. Your words mean a lot to me. Your collection is such a fertile ground for material to write about, and I thank you for that too.
I made the corrections you noted. I’m not sure how I confused a huapango for a son jarocho, but I blame it on insomnia. I listened again and the song is unmistakably in the style from the huasteca region, as you correctly indicate. Thanks for catching that.
Agustin
Kennedy Corridos
de Chris Strachwitz (not verified), 06/29/2018 - 22:01Hi Agustin: what an amazing job you did on the subject at hand! Very impressive - and I just happen to come across it via FaceBook I think! I will call you to make a few corrections - main one: the spelling of composer's name is Jose Morante - in San Antonio! Many thanks - you are doing a superb job and hope you will get some more feed-back. One more: Huapangos are I believe native to the Huastecan region - not Veracruz Jarocho - they even try that falsetto singing! Cheers - Chris