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Narciso Martinez

Biografía de Artista: Los Donneños, Pioneros Norteños

Los Donneños, un dueto formado a los fines de la década de 1940 en el Valle del Río Grande del Sur de Texas, fueron pioneros en la evolución de la música norteña durante la década de 1950. Llegaron a ser uno de los primeros grupos Tex Mex que encontraron el éxito por los dos lados de la frontera.

            El histórico dueto fue formado por dos músicos, Ramiro Cavazos en guitarra y Mario Montes en acordeón. Los dos vinieron del estado fronterizo mexicano de Nuevo León, pero solo se conocieron después de mudarse al lado estadounidense del Río Grande.

            Cavazos nació en 1927 en Garza Ayala, una comunidad rural en el camino entre Monterrey, México, y Laredo, Texas. Montes nació cuatro años antes en General Terán (al suroeste de Monterrey), que era el pueblo natal de otro grupo norteño famoso de la misma época, Los Alegres de Terán, Tomás Ortiz y Eugenio Abrego. De hecho, en los primeros años de los dos grupos, Cavazos interpretaba con Los Alegres y aun grabó con ellos en varios 78s para la discográfica Orfeo, llamándose Ortiz y Cavazos con el Dueto Abrego.

            Cavazos y Montes emigraron separadamente a los Estados Unidos y se conocieron en el somnoliento pueblo de Donna, Texas, que lleva el nombre de la hija de uno de los primeros promotores fronterizos, Thomas Jefferson Hooks. Cuando llegaron a los fines de la década de 1940, el pueblo de unos 5,000 residentes todavía tenía escuelas con tres niveles de segregación: blancos, mexicanos, y migrantes.

            En Donna, los dos músicos tenían trabajos diurnos mientras se dedicaban a su pasión por la música—Montes recolectaba fruta en los campos y Cavazos lavaba platos en un pequeño restaurante por $14 por semana.

            Más de 60 años más tarde, Cavazos todavía recordaba con cariño la primera vez que conoció a su futuro socio, le dijo al periodista Eduardo Martínez en una entrevista de 2012 publicado por The Monitor de McAllen, Texas. Él dijo que montaba su bicicleta un día cuando vio a dos señores que tocaban música en la calle. Cuando Cavazos se les acercó, uno de los señores, quien resultó ser Montes, le preguntó si era músico. Sí, Cavazos dijo, y les tocó la guitarra y les cantó. Eso fue suficiente para iniciar una asociación musical de por vida.

            Cavazos y Montes hicieron sus primeras grabaciones en 1947 para Discos Falcon, basado en McAllen. Según un artículo en El Extra, un sitio web de noticias en el Sur de Texas, las primeras canciones fueron “Ojos Negros Nunca Engañan” y “El Corrido de Bernabé Mata,” lanzadas en un disco de 78 rpm al año siguiente. Sin embargo, la Colección Frontera tiene una distinta canción al otro lado del primer disco del dúo—“Así Se Baila en Reynosa.” El corrido mencionado anteriormente está citado incorrectamente. De hecho, se llama “Bernardo Mata” y es una balada popular que aparece en el archivo de Frontera por una docena de diferentes artistas. En la base de datos, las grabaciones del corrido por los Donneños incluyen un sencillo de 45 rpm y una canción en un disco de compilación de los mejores éxitos, las dos en el sello Bronco de Falcon.

            En las grabaciones tempranas, Cavazos salía en guitarra en vez del bajo sexto tradicional. Pero pronto empezaría a tocar la guitarra de 12 cuerdas que se usaba comúnmente en la música de conjunto porque decía que tenía un sonido más fuerte y atractivo. Ganó fama por su estilo en el instrumento, que tocaba líneas de bajo contra el acordeón en estos duetos tempranos.

            Después de esa primera sesión de grabación, el dueño de la discográfica Falcon, Arnaldo Ramírez, llamó al nuevo grupo los Donneños, basado en el hecho de que vivían en Donna. Los artistas estaban confundidos, sin embargo, porque de hecho eran de México y apenas se habían mudado a su ciudad tocaya, y no se quedaron ahí por mucho tiempo. Pero el nombre se les pegó, como si fueran hijos nativos.

            Aun así, su asociación permanecía fluida en esos días iniciales.

            Pronto, Montes se casó con una ciudadana estadounidense y legalizó su estatus. Mientras tanto, Cavazos, quien siguió indocumentado hasta 1954, pasaba tiempo al otro lado de la frontera en Reynosa, Tamaulipas. Ahí, justo al otro lado del río de McAllen, tocaba la guitarra con Los Alegres, interpretaba constantemente, y ganaba buen dinero. El músico recordó esa época embriagadora en una entrevista con el fundador de la Colección Frontera Chris Strachwitz, quien escribió las notas para un disco retrospectivo de 2006, Los Donneños: Grabaciones Originales/Historic First Recordings, 1950-1954 (Arhoolie 9057).

            “Alrededor de 1950, Ramiro hizo más discos con Tomás Ortiz para la discográfica Orfeo, pero ganaba la vida tocando en matrimonios, quinceañeras, y los fines de semana en las cantinas,” escribió Strachwitz. “Ramiro dijo que en esas cantinas se podía ganar una buena cantidad de dinero de los braseros que habían vuelto de los campos algodoneros en Texas y que no permitían que los músicos se fueran hasta las dos o tres de la mañana. Cobraban tres pesos mexicanos por canción y ganaban más o menos 40 o 50 pesos por noche, con lo cual, él dice, ¡podías vivir como un rey!”

             Más tarde en la década de 1950, Cavazos y Montes aparecieron en cinco películas junto con el animado cantante norteño y estrella cinemática Lalo González, también conocido como “El Piporro.” En este videoclip de la película de 1959 Dos Corazones y un Cielo, el dúo acompaña expertamente al extravagante cantante en la cancioncilla cómicamente coqueta “Las Quedadas.” Además, Piporro llevaba a los Donneños de gira como su acompañamiento por los Estados Unidos, Venezuela, y Cuba, lo cual estimuló su popularidad internacional.

            Cuando su contrato de grabación con Falcon venció en 1954, el dúo se fue a buscar mejores ofertas, menciona Strachwitz. Primero, se saltaron a Discos Torero, una discográfica en Corpus Christi cuyo dueño era Genaro Tamez. Frontera tiene 32 de esas canciones, todas como sencillos en 78 o 45 rpm, en Torero, cuyo lema era “Cada Disco, Dos Éxitos.”

            Para cuando el dúo había vuelto a México en 1957, habían firmado un nuevo contrato con Columbia Records, reclutados por el reconocido director artístico de la discográfica Felipe Valdez Leal. Se quedaron en la lista de Columbia por los próximos 17 años, retando la presunción que las discográficas de la Ciudad de México no se interesaban en promover la música de conjunto de “clase baja” del otro lado de la frontera.

              Más de 140 de esos lados en Columbia, mayormente en sencillos de 45 rpm, aparecen en la Colección Frontera. Incluyen una versión nueva del corrido “Bernardo Mata” con una calidad de sonido mejorado que se nota especialmente en las armonías vocálicas. En todo, el archivo tiene un total de 373 canciones por Los Donneños en unas 20 discográficas, con la composición atribuida a Cavazos en docenas de canciones.

             En 1962, su gran popularidad fue confirmada con su triunfo en una competición nacional que incluía más de 85 grupos musicales y que se llevó a cabo en Ciudad Victoria, Tamaulipas. Los Donneños salieron de la competición como los Campeones Nacionales de la Música Norteña, los reconocidos líderes en su campo. El premio les dio el apodo de “Los Campeonísimos Donneños.”

            Para los mediados de la década de 1970, el dúo se había vuelto permanentemente a los Estados Unidos. Cavazos inició su propia discográfica, Discos RyN, y una tienda de música minorista en el centro de McAllen. Su tienda se convirtió en una sede cultural de la región, y la discográfica grabó a muchos artistas importantes del Valle de Río Grande, incluidos Narciso Martínez, Conjunto Tamaulipas, Beto Quintanilla, y Rubén Vela. Sellando sus conexiones transfronterizas, Montes se casó con la hija del famoso saxofonista y director musical tejano Roberto Pulido, cuyo hijo Bobby Pulido también se construyó una carrera en música como cantautor tejano.

            En 1976, Cavazos apareció con Conjunto Tamaulipas en el documental Chulas Fronteras de Les Bank/Chris Strachwitz, el documental seminal sobre la música de conjunto y norteña. La película abre con una interpretación clásica por Cavazos de “Canción Mixteca,” la canción nostálgica del añoro del inmigrante por su patria.

            Después de que falleció Mario Montes el 17 de enero de 1994, Cavazos continuó interpretando con otros grandes acordeonistas, incluidos René Maciel, Juan Antonio Coronado, y Beto Espinosa, en varias encarnaciones de los Donneños. En 2007, con 80 años, fue incorporado a la Sala de Fama de la Música de Conjunto de Texas.

            Durante la próxima década, el octogenario todavía se podía encontrar detrás del mostrador en su tienda de discos en la Calle 23 Sur en McAllen. Y seguía interpretando.

            En 2010, Cavazos participó en una grabación que unió a varias otras estrellas veteranas del género norteño, incluidos Héctor Montemayor, Lorenzo de Monteclaro, y Poncho Villagómez, quienes se llamaban Los Amigos Desde el Rancho. El CD, titulado La Antología de la Música Norteña, presenta a Cavazos con su propia composición, “Enséñate a Perder.” La grabación de estudio fue seguida por una interpretación en vivo en un disco aparte, Los Amigos del Rancho, Vol. 2, Live At Allende Nuevo León. Incluye otra composición de Cavazos, que mira el desengaño desde el lado perdedor, “Enséñame a Perder.”

            El 16 de febrero de 2019, Cavazos celebró su 92o cumpleaños con un concierto en su patio, capturado en un vídeo casero publicado en la página de Facebook de la banda. En el videoclip, interpreta una de las canciones más famosas de Los Donneños, “Mataron a la Paloma,” la cual Cavazos coescribió con Basilio Villiareal, “su viejo compadre,” como lo llama Strachwitz. La canción es una canción irónica sobre un hombre desconsolado que envía un mensaje a su amor perdido con una paloma mensajera. Trágicamente, matan a la paloma antes de que complete su misión, así que la mujer nunca aprende que el hombre está apenado y la quiere de vuelta. En la canción, él dice que él nunca se perdonará por intentar ahorrarse una estampilla, dado lo bueno que es el servicio de correo.

Mataron a la paloma que te llevaba el recado,
Por eso siempre pensaste que yo te había abandonado.
El recado se quedó en el pico de una loma,
Allí prietita querida, mataron a la paloma.

Por eso, aunque pase el tiempo, no me podré perdonar,
Que habiendo tan buen correo, con quien te lo fui a mandar.

En él te contaba todo, pidiendo que regresaras,
Que perdonaras mis faltas y conmigo te casaras.
Por eso, aunque pase el tiempo, no me podré perdonar,
Que habiendo tan buen correo, con quien te lo fui a mandar.
Por ahorrarme una estampilla, maldita estampa, la mía!

            “Ramiro Cavazos es un icono y una leyenda en su propio estilo que solo él puede producir,” dijo Lupe Saenz, presidente del South Texas Conjunto Association, a The Monitor. “Sus composiciones son grabadas constantemente por conjuntos porque saben que sus canciones son de buena calidad. Los compositores como el Sr. Cavazos son escasos.”

 

– Agustín Gurza

 

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Biografía de Artista: Santiago Almeida

Santiago Almeida fue un intérprete de bajo sexto excepcional que se ganó un lugar histórico en el panteón de la música México-americana como la pareja pionera del famoso acordeonista Narciso Martínez. Juntos, el dúo transformaría el estilo de lo que hoy conocemos como la música de conjunto, con el acordeón la guitarra de 12 cuerdas como su núcleo instrumental.

Almeida nació el 25 de julio de 1911 en Skidmore, Texas, un pueblo de 1,000 residentes en esa época, ubicado entre San Antonio y Corpus Christie. Su familia era compuesta de trabajadores agrícolas que tocaban música en su tiempo libre. Para cuando era adolescente, Almeida ya había aprendido a tocar el bajo sexto, una guitarra de 12 cuerdas construida con cuerdas de latón en seis hileras dobles. Con 14 años, tocaba al lado de siete hermanos en la orquesta viajante de la familia Almeida, que interpretaba en bailes en pueblos por todo el Valle del Bajo Río Grande.

La Orquesta Almeida fue una de las llamadas “orquestas típicas” que eran populares en esa época, que consistía en clarinete, flauta, bajo sexto y contrabajo. Ya que proveían el entretenimiento en una gran variedad de funciones sociales, los miembros de la orquesta “tenían que conocer casi todo tipo de bailable que era popular en la época,” escribe Chris Strachwitz en las anotaciones agregadas al disco Narciso Martínez: Father of Texas-Mexican Conjunto (Padre del Conjunto Tejano-mexicano), una compilación lanzada por Arhoolie Records. “Las sintonías en esa época no eran tan sencillas como lo son hoy; tenían cambios de acorde más complejos y modulaciones que sólo un músico bien entrenado en el repertorio podía dominar.”

Era a mediados de los 1930 que Almeida se juntó con Martínez, y el dúo desarrolló un estilo de tocar juntos único que ayudó a moldear el sonido de la música de conjunto e influyó a generaciones de futuros músicos. Martínez llegó a conocerse por su estilo distintivo en el acordeón, que enfatizaba la melodía de la mano derecha, en detrimento del lado bajo del acordeón. Pero para que funcionara su nuevo estilo, Martínez tuvo que confiar en que Almeida atendería lo que faltaba con tocar su bajo y las harmonías en su bajo sexto. Esta técnica innovadora le dio al dúo su sonido característico—uno que les ganó la reputación de ser los fundadores del conjunto tejano-mexicano moderno.

Por cierto, Almeida era mucho más que un acompañante secundario a Martínez, aunque el acordeonista ganó más fama y disfrutó una carrera más larga luego, como solista. Los aficionados y los que estudian este género reconocían también a Almeida por sus contribuciones musicales.

“Almeida tocaba el acompañamiento para el innovador acordeón de Martínez, pero él también era innovador,” explica una biografía publicada por el National Endowment for the Arts cuando nominó a Almeida como National Heritage Fellow en 1993. “Tocaba en toda nota musical sin capo, usando una técnica parecida a lo que hoy se conoce como cross-picking. Usaba un ‘arpegio grave’ de tres notas, alternando cada nota grave con una sola nota ronca más alta, todo con una velocidad relativamente alta. Esta técnica es particularmente efectiva en acompañar a valses y huapangos, pero también se puede aplicar a la interpretación de otros estilos de música.”

En 1936, un año después de que Almeida y Martínez empezaron a trabajar juntos, un comerciante local llamado Enrique Valentín los escuchó tocar y los persuadió a ir a San Antonio para conocer a Eli Oberstein, el director de grabación para el sello Bluebird, un subsidiario de RCA Victor. El 21 de octubre de ese año, la pareja grabó su primer sencillo para el sello Bluebird: una polca llamada “La Chicharronera” y un chotis, “El Troconal.” Los expertos consideran éstas las primeras grabaciones de la música moderna de conjunto. El lado A, “La Chicharronera,” fue un éxito instantáneo y sigue siendo un estándar del género.

Durante esa sesión de maratón, grabaron un total de 20 canciones en el hotel Bluebonnet en San Antonio, donde los sellos armaban estudios de grabación móviles. Según una fuente, se les pagó $150 a los dos músicos por su obra, de lo cual Almeida recibió un tercio. El dúo pasaría a hacer más de 60 discos para Bluebird entre 1935 y 1938, incluso redovas, polcas, huapangos, chotis y mazurcas. Pronto la pareja “llegó a ser el grupo de conjunto más imitado y más buscado en el Sur de Tejas,” según el NEA.

Almeida y Martínez continuaron a interpretar juntos hasta la década de 1940. Fueron de gira por muchas partes y fueron en demanda como músicos de estudio para acompañar a cantantes populares de la época. Además, el dúo continuó a grabar para sellos independientes, principalmente Disco de Oro e Ideal Records, donde se convirtieron en “los instrumentalistas de casa,” como fueron descritos en el sitio web para American Sabor, una exhibición del Smithsonian. “Durante el tiempo que estuvieron allí, grabaron centenas de canciones con muchos músicos y vocalistas que también estaban involucrados en el desarrollo de la música de conjunto y de la música tejana.”

Almeida se quedó con Martínez hasta 1950, cuando la demanda por la música de conjunto empezaba a disminuir. Primero, el guitarrista se mudó a Indiana, pero eventualmente terminó en el estado de Washington, donde él y su familia se ganaban la vida con recoger manzanas. Se estableció en Sunnyside en el Valle Yakima, un meollo para migrantes México-americanos en el Noroeste. Empezó a enseñar la música y a guiar a jóvenes guitarristas interesados en su estilo distintivo. Siguió tocado su bajo sexto para los eventos familiares y para bailes en la iglesia local Assembly of God, de la cual era miembro.

Durante su jubilación, Almeida cayó en un olvido tan profundo que sus aficionados y amigos en Tejas pensaban que se había muerto. Sin embargo, revivió su reputación en 1987, cuando fue incluido en el Salón de Fama de Conjunto de San Antonio. Seis años más tarde, su estado natal lo honró con el premio de Governor’s Arts and Heritage Award, que reconoce a los artistas por sus contribuciones a la vitalidad creativa de Washington. En ese mismo año, llegó a ser el primer residente de Washington nombrado NEA National Heritage Fellow, por lo cual ganó un premio de $10,000 del NEA.

Almeida se murió el 8 de julio de 1999, justo antes de cumplir los 88 años de edad.

 

          -- Agustín Gurza

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Bloguero Especial: El Acordeón Norteño, Parte 1

NOTA DEL EDITOR: Uno de los primeros artículos que escribí como crítico de música para Los Angeles Times fue sobre un documental que relataba la historia de cómo el acordeón llegó a ser un instrumento principal en la música México-americana. Titulado Accordion Dreams (Sueños de Acordeón), esta producción de PBS de 2001 detalla la historia del instrumento desde sus raíces alemanas hasta su adopción por los músicos tejano-mexicanos en la frontera entre México y los EEUU y su evolución en las manos de los jóvenes artistas experimentales de hoy. El acordeón es un instrumento importante en dos géneros estrechamente relacionados que son centrales a la Colección Frontera: norteño y conjunto.

A través de los años, música de acordeón de la colección ha salido en discos de compilación lanzados por Arhoolie Records, el sello lanzado por el fundador de la Colección Frontera Chris Strachwitz. Uno de esos discos, por ejemplo, se enfocaba en la música de Narciso Martínez—también conocido como El Huracán del Valle—quien es considerado el instrumentalista con la más influencia en el género. Martínez es conocido también como el padre de la música de conjunto, debido a su estilo novedoso de tocar, de que habla Strachwitz en mi blog anterior sobre la música de conjunto.

Vamos a reimprimir esas notas de disco como una serie, con ligas a ejemplos de la Colección Frontera. (Las notas han sido revisadas para hacerlas más claras y correctas en el caso, por ejemplo, de artistas que han fallecido.) Empezamos con la Parte 1, lanzado en 1975, en la cual Strachwitz menciona los orígenes del acordeón en Alemania y habla sobre las canciones y artistas incluidos en esta primera compilación. Las notas incluyen también una breve barra lateral escrita por el músico Ry Cooder, quien explica cómo funciona el acordeón de botones (también conocido como el acordeón diatónico), que es favorecido por los músicos tejano-mexicanos más que el acordeón piano. Aprenda por qué en la Parte 1 de las notas abajo. [1]

                                                                                                ̶ Agustín Gurza

 

El primer acordeón fue construido en 1822 por Friedrich Buschmann (1805-1864), un constructor de instrumentos musicales alemán a quien también se le atribuye el haber inventado la harmónica. Lo llamaba un Ziehharmonika (zieh en alemán quiere decir ‘jalar’). Sin embargo, fue Cyrill Damian quien, en 1829 en Viena, Austria, empezó a producirlos en masa y quien adoptó el nombre “acordeón.”

Encontré el primer reportaje escrito del uso del acordeón en la frontera en el libro de John Peavey Echoes from the Rio Grande Valley (Ecos del Valle del Río Grande) (Springman-King, 1963, página 27). Describe un baile al aire libre por 1905 en el cual una banda que consistía en un violín, un acordeón y una batería proveyó la música. La mayoría de la gente me dijo que el instrumento fue introducido a la región por colonizadores alemanes y bohemios quienes también fueron activos en la construcción de las minas y ferrocarriles en el norte de México. Algunas de las canciones que se escuchan en esta compilación también pueden ser de origen centro-europeo.

Los Músicos

Entre los primeros acordeonistas que se hicieron populares en el Sur de Tejas vía discos fonográficos fueron José Rodríguez y Bruno Villareal. Los dos eran de San Benito. Bruno Villareal, casi invidente, fue llamado en sus discos “El Azote del Valle”, y todavía hoy la gente lo recuerda hasta en la ciudad norteña de Amarillo, Tejas, donde tocaba en las calles con una taza de hojalata amarrada a su acordeón piano, que usaba desde los fines de los 1930. “La Cascada,” una de las dos canciones de Villareal que se escuchan en este disco, es una mazurca grabada en San Antonio con un bajo sexto y una tambora el 31 de enero de 1935.

Mientras Bruno era músico ambulante itinerante, José Rodríguez tocaba principalmente para el baile. El músico Narciso Martínez recordó haber asistido a un baile donde tocaba José Rodríguez, conocido como “La Bamba.” Al espiar a Narciso, José paró el baile y le dijo a Narciso que no quería que él anduviera por ahí porque quería guardar sus canciones para sus propias sesiones de grabación y acusó a Narciso de “robar” sus materiales. (Más sobre Martínez, una figura clave en la música, en un momento.)

Jesús Casiano, otro acordeonista escuchado en este disco, vivía en San Antonio, donde siguió grabando para Rio Records en los 1950. Conocido como “El Gallito,” su especialidad fueron las polkas, como la que fue incluida en esta compilación, “La Bien Polviada.”

Lolo Cavazos, quien nació el 5 de enero de 1906 en Matamoros, Tamaulipas, y luego se instaló en Alice, Tejas, recuerda que la música de acordeón ha sido popular desde que era pequeño. Él cree que la música norteña comenzó en el Valle del Río Grande. Autodidacta, tocaba un instrumento de dos hileras, y en los 1950, grababa para el sello Ideal.

El acordeonista más importante y con más influencia en el área de San Antonio durante esta época de las primeras grabaciones fue Santiago Jiménez Sr. (1913-1984). Nacido en San Antonio, Santiago fue llamado “El Flaco” en sus primeros discos, un apodo luego heredado por su hijo. Empezó a tocar el acordeón por 1923 y aprendió la mayoría de sus canciones tempranas de su padre, Patricio Jiménez. Por 1935, Santiago compró su primer acordeón de dos hileras en una casa de empeños y dentro de un año ya emitía diariamente por la radio. Thomas Acuña, dueño de una tienda de discos y cazatalentos, escuchó estos programas y le pidió a Santiago que grabara. El pago fue sólo $7 por disco y no recibía regalías, pero a través de sus discos y programas de radio, Santiago se hizo cada vez más popular. Durante la Segunda Guerra Mundial, las compañías de discos más importantes dejaron de grabar la música regional, lo que hizo surgir varias pequeñas empresas a los fines de los ’40. Santiago fue uno de los primeros que grabaron para Globe y Imperial, y tuvo un éxito especial con “Viva Seguin” y “La Piedrera,” que se han hecho estándares de polka en el Sur de Tejas. En “La Nopalera,” una polka grabada en San Antonio en septiembre de 1938, es acompañado por Santiago Morales en el bajo.

Santiago solía pedirles a los hermanos Stark que afinaran y repararan sus acordeones. Los dos hermanos fueron inmigrantes de Alemania durante los años 1920. Chris Stark recuerda vivazmente cómo el Sr. Jiménez “siempre intentaba hacer algo diferente” y pedía que los acordeones que venían de la fábrica en la clave de G o C fueran bajadas a una clave más baja, como E, que Santiago prefería. Santiago Jiménez vivía en Dallas a mediados de los 1970 (cuando esto se escribió), pero todavía tocaba de vez en cuando, especialmente cuando visitaba a sus hijos, particularmente Leonardo, quien ganó fama bajo su apodo adoptado, Flaco Jiménez. El otro hijo del patriarca musical, Santiago Jiménez, Jr., conocido como Jimmy, toca muy en la tradición de su padre, y la mayoría de los otros hijos también tocan. El sonido maravilloso del acordeón de Jiménez seguirá viviendo, ¡y el hijito de Flaco ya se ha aprendido “La Piedrera”!

Finalmente, el Padre de la Música Norteña, Narciso Martínez, fue sin duda el acordeonista más popular entre los 1930 y los ’50. Nacido el 29 de octubre de 1911 en Reynosa, Tamaulipas, Narciso creció en el Valle del Río Grande y llegó a ser conocido como “El Huracán del Valle” cuando ya empezó a grabar en 1935. Además de ser un músico tremendo, Narciso enfatizaba el lado del tiple del acordeón, dejando la parte baja a su tocador del bajo sexto. En los 1940, cuando Ideal Records comenzó, Narciso llegó a ser su artista principal que no sólo grababa prolíficamente por sí solo, sino que también ayudó a crear el estilo norteño: dos voces acompañadas de un acordeón. Las cantantes fueron Carmen y Laura, y sus discos fueron muy populares y tuvieron mucha influencia. En “Flor Marchita,” un schotis, Narciso es acompañado por Santiago Almeida en la guitarra o bajo sexto y Santiago Morales en el bajo. Fue grabada en San Antonio el 13 de septiembre de 1937. Durante los años 1970, cuando era sesentón, Narciso seguía tocando para los bailes y fiestas mientras trabajaba cuidando los animales en el zoológico de Brownsville. 

  • Chris Strachwitz, 1975

El Acordeón de Botones

El acordeón diatónico ha sido popular con los músicos fronterizos por unos 70 años, y la mayoría de los instrumentos usados en la zona fronteriza han sido hechos por la empresa alemana Hohner. Hohner construyó sus acordeones diatónicos de botones simplemente y sin altos costos para popularizar el instrumento en América. El instrumento que se escucha en la mayoría de estas selecciones (con la excepción de las primeras dos, que tienen lo que probablemente es un instrumento de una hilera) tiene dos hileras de botones de tiple afinados en dos escalas mayores, como G/C o C/F, y ocho botones de latón de bajo, cuatro para cada clave. El acordeón de botones funciona como una harmónica ya que cada botón tiene un valor de dos notas, uno cuando se empuja y otro cuando se jala, ya que se toca una escala por mover los fuelles hacia adentro y hacia afuera, no como el acordeón piano, que toca cualquier grupo de notas en una dirección. “Diatónico” indica que el instrumento no tiene notas sostenidas y bemoles regulares, como los tiene el acordeón piano, pero sí tiene una clave bemol por hilera, al lado bajo del lado del tiple.

Estos acordeones son de lengüeta doble, eso es, con cada nota, una lengüeta vibra al tono estándar y el otro más o menos un cuarto de tono sostenido. La disonancia produce un efecto de vibrato que le da al acordeón de botones su dulcera y delicadez únicas. Dos botones adyacentes que se tocan juntos casi siempre producen un placentero tercer intervalo, que es la harmonía básica de todo canto mexicano. ¡Con razón este instrumento fue tan popular con la gente de la frontera!

El acordeón piano nunca igualó al de estilo de botones en su popularidad entre los músicos norteños, probablemente porque, además de ser cuatro veces más caro, no tiene el tipo de sonido de vibrato deseado y la acción de staccato que caracteriza la polka, que es rápida y agitada, y el estilo de tocar más expresivo del corrido y del estilo canción. La acción sencilla y directa hace que el acordeón de botones sea muy receptivo a la técnica del músico, y esta flexibilidad lleva al desarrollo de estilos individuales y eventualmente de tendencias estilísticas en cómo tocar el acordeón tejano-mexicano. Según varios acordeonistas, la gente en los bailes aun ha expresado explícitamente su desprecio por el acordeón piano.

Ry Cooder, 1975          

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Biografía de artista: Narciso Martínez

Se conocía como “El Huracán del Valle,” un torbellino musical que pasó por la valle del Río Grande en el sur de Tejas en los años posguerra, formando lo que vino a conocerse como la música de conjunto Tex-Mex. Su nombre fue Narciso Martínez, y ningún otro acordeonista ha ejercido más influencia ni ha tenido un impacto tan duradero y difundido en este género musical. 
 
Para leer la biografía entera, haga clic aquí.
 
-AgustÍn Gurza

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